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Sent: terça-feira, 11 de Outubro de 2005 12:06
To: apdha@eListas.net
Subject: [InfoApdha] 11-10-05
 

Sumario: 11 de octubre de 2005.................................................2.254
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La cara cruel de la externalización
Los acontecimientos se han ido precipitando ante los ojos de medio mundo que nos hemos llenado de nuevo de angustia e impotencia. Pero sólo debemos permitírnoslo como un sentimiento que parte de nuestro dolor, nuestra solidaridad, nuestra indignación. Porque por lo demás esa solidaridad activa es más necesaria que nunca.
Volvemos a seguir centrados en lo que sucede en nuestra patio trasero, en la frontera Sur, de la que han logrado que Marruecos forme parte. De una forma bien activa y cruel. De una forma que nos horroriza. Y en la mas absoluta impunidad e inacción de España y la UE, que son los que al fin financian este drama anunciado. Es probable que la guardia civil no disparase las balas que han matado a 16 personas en las vallas fronterizas. Pero sin duda puso las armas y financió todas las operaciones de deportación.
¿Cómo la Unión Europea se atreve a  descargar sus responsabilidades en «Estados-tapón», como en este caso Marruecos, al que consiente, sin inmutarse, que envíe a los inmigrantes a la muerte?
Hoy la encuesta del país confirma lo que sabíamos: son muchas las personas de esta sociedad que aprueban políticas duras frente a la inmigración. ¿Qué niveles de violencia es capaz de soportar sin resquebrajarse ese respaldo social con que han logrado hacerse los gobiernos en el control y rechazo de los migrantes? ¿En que proporción ese respaldo no responde sino al enroque de la sociedad europea en sus miedos? En buena medida la respuesta a estas preguntas puede que condicione en el futuro la calidad democrática de nuestras sociedades. Nuestro papel es convencer a muchos de que ese no es el camino. Convencer a muchos que hay que cambiar de rumbo. Que tenemos que hacer una política migratoria inspirada en criterios de solidaridad y de respeto a los derechos humanos. Por dignidad, por sensatez, por futuro.
De nuevo quizá un Infoapdha excesivamente largo. Afortunadamente no es obligatorio leerlo todo.
 

Llamamiento Europeo por la Dignidad.
La Federación internacional de Derechos Humanos, la Asociación Europea de Derechos Humanos, las Ligas de Derechos Humanos de Bélgica y Francia y la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, hemos lanzado un llamamiento Europeo que pretenden sirva para ejercer presión sobre la UE.
Ceuta y Melilla: La UE declara la guerra a los migrantes y a los refugiados.
Una Tribuna de organizaciones miembros de la red Migreurop firmada entre otros por la Apdha, declara que la UE desde hace varios años está involucrada en una guerra larvada contra los emigrantes, y ahora, en su frontera meridional, ha franqueado el listón de la guerra abierta. Con ello abandona toda ambición de pensar la mundialización y la relación Norte-Sur de otra manera que no sea desde una perspectiva utilitarista y de muy corto alcance
El miedo.
Carlos Ordóñez de SOS Racismo Guipúzcoa nos dice que “da miedo el negro que viene. Da miedo que quiera saltar la valla, que sangre. Da miedo que tenga hambre, que huya de la muerte, da miedo. Y nos da miedo porque nos cuentan cuentos que son mentiras. Cuentos cómplices del horror”.
Buscan vida y Europa les de muerte.
El caos producido por las multinacionales está llevando a  África hacia el genocidio. Hubo ocasión de considerarlo en la reciente Asamblea General de las Naciones Unidas. Gobernantes como G. Bush, con carrera política pagada por multinacionales que operan en África, hicieron fracasar todo intento de afrontar con radicalidad  el creciente problema de la pobreza. Jesús Roiz, de la Apdha de Sevilla.
Pagar al verdugo.
La editorial de la próxima revista Mugak insiste en que  el gobierno español, jaleado en esa dirección por partidos y medios de comunicación, ha encontrado la solución: pagar al verdugo para que se encargue de ese mismo trabajo. Porque ése es el papel de Marruecos en esta historia.
Crónica de Larache.
Durante los días 29 de septiembre y 1 y 2 de Octubre estuvimos con Chabaka en Larache. Unas Jornadas sobre Migración y Derechos Humanos era el motivo para vernos, conocernos más y seguir trabajando juntos. Nuria Sepúlveda, de la Apdha de Cádiz, nos cuenta como vivió las Jornadas
Sentencia del Tribunal Constitucional.
El Tribunal Constitucional, acaba de hacer pública su sentencia por la que considera que la Audiencia Nacional es competente para juzgar los casos de genocidio en Guatemala. La Apdhe, que ha formado parte desde el comienzo en el procedimiento, ha hecho público un comunicado que reproducimos.
Están previstas movilizaciones en varios puntos del país. La APDHA ha convocado en Cádiz, Campo de Gibraltar y Almería.
 
 
La Europa-fortaleza va directa contra el muro de la vergüenza
Cada día, inmigrantes venidos de África mueren en las fronteras de Europa por haber tenido la osadía de creer que allí podrían vivir en paz y dignidad.
En Ceuta, en Melilla, la situación ha llegado a un limite intolerable: un muro de  alambrada se eleva entre la Unión Europa y África, y aquellos que lo custodian no dudan en disparar, e incluso matar, para impedir  que sea atravesado.
En Marruecos se ha organizado una verdadera caza de brujas. Niños, mujeres, hombres, sedientos y famélicos, son cercados y abandonados en pleno desierto.
¿No resulta intolerable que la Unión Europea reniegue así de su obligación moral de, al menos, escuchar la petición de aquellos que vienen buscando asilo? ¿Cómo es posible un tratamiento semejante? ¿Cómo, con el pretexto de regular los flujos migratorios, la política de la Unión Europea puede conducir a España a cerrar sus fronteras, levantando un muro como si estuviera asediada por un enemigo peligroso? ¿Cómo la Unión Europea se atreve a  descargar sus responsabilidades en «Estados-tapón», como en este caso Marruecos, al que consiente, sin inmutarse, que envíe a los inmigrantes a la muerte? Por intentar penetrar en el territorio de la Unión Europea, han recorrido a pie centenares de kilómetros, arriesgando su único bien, su propia vida. ¿Cómo va a ser aceptable que aquellos que huyen de la pobreza, la guerra y los conflictos políticos no encuentren otra respuesta que la represión, por no decir la muerte, cuando intentan, en un último salto colectivo, atravesar el muro de alambrada que se eleva entre ellos y la libertad?
Esta situación, tan absurda como inhumana, que da semejante imagen de Europa y que a diario muestran las televisiones, debe cesar de inmediato. Nosotros, ciudadanos europeos, rechazamos tener vergüenza de la Unión Europea.
 A día de hoy, exigimos solemnemente:
· Al Gobierno Español, a los Gobiernos de los Estados miembros de la Unión y a la Comisión Europea,
que terminen con estas violaciones masivas y reiteradas de los Derechos Humanos, consecuencia de una política de inmigración de encerramiento y de externalización que no lleva mas que a un punto muerto y a la violencia;
· Al Gobierno Marroquí,
que ponga término a sus practicas asesinas respecto a aquellos que transitan por su territorio con el único objetivo de encontrar en Europa una solución a su miseria;
· A la Unión Europea,
que adopte y aplique, sin mas dilación, una verdadera política de asilo e inmigración, respetuosa de los derechos, de la integridad física y de la dignidad de las personas.
También los inmigrantes tienen el derecho a ser tratados en el respeto de las Convenciones Internacionales: los Derechos Humanos son indivisibles y se aplican a todos.
 
Asociación Europea de Derechos Humanos
Federación Internacional de Derechos Humanos
Liga Derechos Humanos Francia
Liga Derechos Humanos Belga (francófono)
Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía
 
 
 
Tribuna
Involucrada desde hace varios años en una guerra larvada contra los emigrantes, la Unión Europea ha franqueado ahora, en su frontera meridional, el listón de la guerra abierta. En varios días, más de diez personas han muerto por bala intentando cruzar la frontera entre Marruecos y los territorios españoles de Ceuta y Melilla. Otras decenas han resultado gravemente heridas, y varios centenares fueron desplazados y abandonados, sin agua ni comida, en el desierto del Sahara. Para intentar contener "la invasión" de los que solo se designan como "clandestinos", se erigen muros cada vez más altos y se establecen dispositivos cada vez más sofisticados para proteger del enemigo subsahariano estos islotes de Europa en la tierra africana.
Si las balas son disparadas por la policía marroquí, lo cierto es que es la Unión Europea quien proporciona las armas. Se trata de una división del trabajo impuesta por Europa, en el marco de la externalización de su política migratoria, que consiste en hacer asumir por sus vecinos cercanos -al sur, los países del Magreb, Mauritania y Libia- la protección de sus fronteras. Los emigrantes son los rehenes de esta subcontratación de la violencia. Practicando una apertura selectiva, reservada a la inmigración "elegida" que necesita su economía, los Estados miembros de la UE, para evitar tener que acoger aquéllos que denominan "inmigración sufrida" (los solicitantes de asilo, los refugiados y más generalmente todos los que huyen de la miseria, las catástrofes medioambientales y los conflictos), están dispuestos a todo tipo de negaciones. Por ejemplo a decretar como "seguro" un país como Libia, donde la detención arbitraria de extranjeros, las expulsiones masivas y los malos tratos son moneda corriente, con el fin de poder rechazar por charteres enteros a las personas que llegan en botes a la isla de Lampedusa, como lo hace regularmente Italia. O también a transformar a Marruecos en una auténtica trampa donde se retienen, bajo constante represión policial y en condiciones infrahumanas, millares de africanos en tránsito sin preocuparse de su suerte cuando necesitarían protección internacional.
Del otro lado, los países que constituyen esta zona-tampón que Europa necesita saben hacer aumentar su cotización. Al dejar partir a propósito desde sus costas a los exiliados hacia Sicilia, Libia supo negociar la supresión del embargo sobre las armas, la construcción de varios campos de emigrantes sobre su suelo y un compromiso financiero de la UE para proteger sus fronteras al sur. Hoy en día, al instrumentalizar la desesperación de los subsaharianos por la difusión de imágenes espectaculares de los "asaltos" contra las defensas de los enclaves españoles, Marruecos ejerce presión sobre sus socios del norte para obtener una mayor ayuda de Europa. Método eficaz: menos de una semana después de los primeros tiros contra cinco emigrantes en Ceuta, el comisario europeo Frattini prometía desbloquear 40 millones de euros a Rabat para apoyar los esfuerzos del país en su lucha contra la inmigración clandestina.
Mientras que la ONU, por la voz de Koffi Annan, llama a la UE a "mayor humanidad" en su tratamiento de los emigrantes y el Alto Comisariado para los Refugiados (ACNUR) murmura tímidamente que los convenios internacionales sobre la protección de los refugiados deben respetarse, la Comisión Europea persiste en la hipocresía y se prepara para militarizar un poco más su política de asilo e inmigración.
Si más de 6.500 personas han muerto estos últimos diez años intentando cruzar las fronteras marítimas y terrestres entre Marruecos y España, sería, según nos explican, por falta de coordinación e integración de estas políticas. Para poner remedio, está previsto "profundizar en la colaboración euromediterránea", es decir, reforzar los dispositivos operativos en las fronteras, multiplicar las patrullas policiales, aumentar los muros y cavar fosos más profundos. Pues, nos dicen, se trata de conseguir al mismo tiempo que la fortaleza sea "insuperable" e "inofensiva" para los que pretenden escapar de las consecuencias más dañinas de los desequilibrios Norte-Sur. Se pensaba que el mito de la guerra limpia había acabado, pero no es el caso cuando se trata de ocultar las consecuencias macabras de una política presentada como destinada a proteger de ellos mismos a los emigrantes y candidatos al asilo.
Temiendo que las violaciones repetidas de los derechos humanos terminen por crear alarma social, los Estados europeos pretenden en paralelo empujar siempre más lejos las fronteras de su violencia institucional. En la línea de la Comisión Europea que preconiza la asociación con los Estados fronterizos para la creación de "zonas de protección regionales" para los exiliados, el Ministro francés de Interior acaba de proponer una cogestión tripartita (Libye-UE-HCR) de campos de refugiados instalados en el desierto sahariano. La selección de los candidatos al asilo o a la inmigración podría así hacerse mucho antes de llegar a las fronteras europeas, lejos de las miradas de la opinión pública y de los medios de comunicación.
En vez de basarse en los derechos fundamentales para avanzar en "la inserción armoniosa de los países en desarrollo en la economía mundial", como lo prevé su Tratado fundador, los Estados de la UE han elegido esquivarlos para protegerse de los más pobres. Las muertes de Ceuta y Melilla son así las víctimas emblemáticas de una Europa que abandona toda ambición de pensar la mundialización y la relación Norte-Sur de otra manera que no sea desde una perspectiva utilitarista y de muy corto alcance.
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Abderrahmane Essaadi (Andalucía Acoge, Espagne), Nathalie Ferré (GISTI, France), Laurent Giovannoni (CIMADE, France), Khalil Jemmah (AFVIC, Maroc), Rafael Lara (APDHA, Espagne), Filippo Miraglia (ARCI, Italie), Said Tbel, (AMDH, Maroc), Dan Van Raemdonck (Ligue des droits de l’homme, Belgique) son miembros de la red MIGREUROP (www.migreurop.org).
 
 
Carlos Ordóñez, SOS Racismo Guipúzcoa
Da miedo el negro que viene. Da miedo que quiera saltar la valla, que sangre. Da miedo que tenga hambre, que huya de la muerte, da miedo. Y nos da miedo porque nos cuentan cuentos que son mentiras. Cuentos cómplices del horror. Mentiras dibujadas con “avalanchas”, “asaltos masivos”. Antes era que nos venían a “robar el trabajo”. Ahora, simplemente que son “ilegales”. Demasiado dolor, demasiada falacia, demasiada indignación.
De repente nos hemos enterado de que en África (que es un continente, no un país) los supervivientes se empeñan en no morir. Insisten en aferrarse como sea a la vida, saltando vallas, subiendo a barcazas, rogando a Dios…
De pronto, los medios de comunicación se hacen eco de lo silenciado. En África (continente robado) hay guerras, hay hambre. Pero ¿y las causas? ¿Por qué cuesta tanto encontrar las razones? ¿Por qué no nos dicen que cuantos más recursos naturales hay en un país, más expoliado por las multinacionales es y más se empobrece a sus habitantes? ¿Por qué no nos cuentan que desde el norte se roba el petróleo, los diamantes y se hacen experimentos con basuras contaminadas y con el alma de sus habitantes? ¿Por qué no nos dicen que importan más los intereses económicos de la industria farmacéutica que la salud de la gente? ¿Quién no sabe que no son países pobres, sino empobrecidos por el norte y maltratados por políticos locales criminales y corruptos que se ponen y se quitan desde oficinas del norte?
Y de esa muerte huyen. No vienen, los pocos que llegan porque les guste nuestro clima. No vienen porque renieguen de sus familias, sus paisajes, su África querida. Vienen con el dolor de abandonarlo todo. Así que aquí qué es una valla cuando lo único que quieren es trabajar y enviar dinero a sus desesperados familiares. Qué es una valla después de meses, años de caminar. Cuando se huye de la muerte lenta poco miedo da la muerte rápida.
Pero la Europa del bienestar sí tiene miedo. Y la gaviota carroñera del Partido Popular revolotea buscando votos entre ese temor pre-fabricado. Rajoy se muestra a favor de las expulsiones inmediatas, “por pedagogía”. Y el gobierno de Zapatero es “pragmático”, y se permite el lujo de dar ahora clases de “trato humanitario” a una monarquía criminal que lleva décadas asesinando sin pudor. Ahora, cuando la sangre llega hasta nuestros salones, cuando salpica al Partido Socialista, incomoda. El problema no lo queremos a este lado de la valla. Por eso se apalea “negro vete pa´tras que te doy con esto en la cabeza” dice el guardia civil. Y entonces, lo que da miedo es que eso se vea y se oiga en televisión. Y el miedo del servidor público da patadas con sus botas y nuestros impuestos a un ser humano maniatado y tirado en suelo muy español. Y se ponen más vallas y se suben más metros. Y aumenta el miedo.
Y para no disparar aquí, se exige al otro lado de la valla que se encarguen ellos, pero que los disparos se hagan con silenciador, que hay demasiado mirón, demasiada televisión. Y se devuelve al que ha cruzado sabiendo que se le lleva al desierto. A miles de kilómetros. A morir con silenciador.
Esperamos que nuestra indignación no lleve también silenciador para así arrancar con energía y decisión esa valla de miedo criminal y racista.
 
 
 
Jesús Roiz, Apdha Sevilla
Más muertes de inmigrantes subsaharianos en las alambradas de Melilla y Ceuta. Nos llegan las noticias sin nombres, como si  fueran nadie, como si alguien quisiera borrar su sangre. Todo queda en números que sumados a las de vidas anónimas, hundidas en las aguas del Estrecho y Canarias, van a quedar pronto en nuestro olvido. Sin embargo son personas. Personas como nosotros, pero inocentes. Su sangre inocente clama y desde las alambradas  nos grita ¿ por qué ? Nos dicen los medios de comunicación qué es lo que ocurrió y hasta cómo ocurrieron los hechos, pero pocos se plantean el porqué. Es la gran pregunta que todos deberíamos escuchar y a la que los responsables deberían contestar. Nadie quiere responsabilizarse, pero hay responsables y culpables.
No existía un ejército enemigo que viniera armado para matar. Eran grupos de personas de distintos países  debilitadas por el  hambre, rotas por la injusticia y sin otro haber que la responsabilidad  de la familia que dejaron  y una fuerte esperanza de llegar a un mundo en que se respetaran los derechos humanos.
Sólo salieron de su país los mejor dotados y sólo uno de cada tres, los más fuertes física y psíquicamente, fueron los que después de varios meses o varios años llegaron a Marruecos. Traían las manos abiertas y el ánimo encendido deseando trabajar. Además, les habían robado la riqueza que les daba la vida y estaban en su derecho de acudir a donde se la hubieran llevado. Sin embargo se les ha recibido como a un ejército lanzado a la agresión o como a animales salvajes dispuestos a atacar. Palizas, vejaciones de todo tipo, alambradas de espinos y armas de fuego, cortaron toda esperanza.
La muerte de estos inocentes sólo admite el calificativo de crimen. Como en otros crímenes, la participación en el mismo puede darse de  distinta manera. Puede haber inductores, colaboradores y ejecutores
La fuerzas represoras de los dos lados de las alambradas dicen haber actuado cumpliendo órdenes. Los gobiernos de los que dependían las han respaldado diciendo que se han ajustado a su cometido, aunque sabemos que además de matar han hostigado, golpeado, insultado y pateado a los inmigrantes. Ninguna detención  ni investigación consta que se haya producido entre guardias civiles o gendarmes marroquíes. No obstante, nadie puede negar que hayan sido las fuerzas represoras de España y Marruecos las que han ejecutado la violación de los derechos humanos de los inmigrantes.
Los gobiernos de España y Marruecos están en el punto de mira de los medios de comunicación, apuntando hacia ellos la suprema responsabilidad. Por supuesto que no están libres de responsabilidad, pero también ellos cumplen órdenes de más alto nivel. La Unión Europea tiene dispuesto llevar a los países del norte de África el muro de contención del flujo migratorio y que sean éstos los que asuman el trabajo sucio que hasta ahora ha correspondido al sur de Europa. Por supuesto, Marruecos no asume gratuitamente el papel de gendarme de Europa y exige compensaciones generosas, algunas en detrimento de los derechos del Pueblo Saharaui. La reciente Cumbre Hispano-Marroquí de Sevilla no tenía otra finalidad que la de dar cumplimiento a los deberes impuestos a ambos gobiernos desde Bruselas. El aumento de la represión en Marruecos que ha ocasionado seis muertes más y la admisión  de los inmigrantes entregados por España para abandonarlos en el desierto, son  prueba de la eficacia del buen entendimiento en Sevilla.
Si bien las responsabilidades principales apuntan más arriba de los gobiernos español y marroquí, las que les corresponden son bien graves. Duele pero es sabido que en Marruecos se atropellan los derechos humanos por un gobierno sometido a una monarquía totalitaria. Sin embargo es incomprensible e indignante que el Gobierno de España, incumpliendo las leyes de su propio Estado, rechace a estas personas inocentes y débiles, pasándolas de la alambrada y la muerte, a la entrega a un poder marroquí que arrolla los derechos humanos sin escrúpulo alguno. Aunque quiera soslayar su responsabilidad, nunca podrá dejar de ser cómplice de lo que el  Gobierno de Marruecos, haga sufrir a  los subsaharianos que intentaron acceder a Europa.
Tampoco es admisible que el Sr. Presidente de Gobierno se repliegue en su impotencia. Los inmigrantes están ahí y no debe mirar para otro lado. Debe exigir actuaciones en Bruselas y en todas las instancias internacionales.
Aunque a Europa le es cada día más necesaria la inmigración, ha decidido parapetarse tras una muralla de contención que cierra especialmente el paso al África Subsahariana.  La Europa que empobreció a África con la colonización y la neocolonización, está desarrollando una política de rechazo y abandono de aquellos pueblos a los que debió haber devuelto sus riquezas.  En lugar de ello ha venido realizando una política al dictado de los organismos internacionales que tienen su causa o respaldo en las multinacionales europeas y estadounidenses.  Los políticos de la Unión Europea vienen cumpliendo perfectamente el papel asignado por el neoliberalismo globalizador: orquestar todos lo instrumentos del poder político para facilitar  la concentración de la riqueza y del poder económico en una minoría, a costa del empobrecimiento de una mayoría. Esta política, tradicional en Europa, es responsable de que África se ahogue en pobreza, enfermedades, conflictos bélicos y corrupción. Toda persona tiene derecho a emigrar, pero también toda persona tiene derecho a vivir dignamente en el país al que pertenece. Si  la política de la Unión Europea se hubiera desarrollado teniendo como principio la justicia y como objetivo el bien común de todas las personas, sin distinción de raza, país o condición económica, no existiría el actual flujo migratorio, como tampoco existirían en el Norte de África las alambradas y la gravísima conculcación de derechos humanos. De las muertes de inmigrantes subsaharianos, la Unión Europea es responsable y culpable por ser fiel colaboradora de los grandes poderes económicos.
Es propio de los grandes poderes económicos, mover los hilos de la suerte de los pueblos, llevándola a una deriva incontrolable, sin que aparentemente se note. No se hacen notar y la gente no se entera que es traía y llevada por su fuerza. Operan desde la trastienda y cuentan con poderosos organismos que mediatizan a los poderes políticos como: Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio, Banco Central Europeo, etc. En los análisis del fenómeno migratorio africano pocos parecen responsabilizar a las empresas multinacionales y sólo parece que, en general, se dé importancia a las medidas de los políticos de turno y a las consecuencias que de las mismas se derivan.. Sin querer ser simplistas admitimos que son múltiples las causas de la pobreza de África. Sin embargo afirmamos que a pesar de su prolongado empobrecimiento, África no es pobre. Son pobres los africanos mientras sus riquezas están controladas y expoliadas por  empresas multinacionales, mayoritariamente europeas y estadounidenses. 
Es cuestión de analizar país por país y comprobar qué empresas son las que extraen y exportan materias primas, petróleo, madera, etc., las que introducen semillas, abonos e insecticidas, las que provocan o alimentan conflictos bélicos, las que fabrican y venden armas con las que se matan y endeudan, y las que promueven la corrupción de los gobernantes. En manos de estas multinacionales está la trágica realidad de África. La globalización, en la reasignación de papeles destinados a los distintos países, ha dejado al África Subsahariana, a excepción de Sudáfrica, fuera de los objetivos del desarrollo. Ante este futuro las multinacionales se dedican a extraer la riqueza para sin dificultad alguna hacerla emigrar a donde mejor pueda multiplicarse. El resultado es empobrecimiento y emigración de las personas. Los políticos mientras tanto serán instrumentalizados para el mejor logro de los objetivos económicos y se les obligará a tomar las medidas que interesen a la cartera de las multinacionales. No importa que no estén ajustadas a ley, justicia o respeto a los derechos humanos.
Ahí están los responsables y culpables principales, causantes por inducción, de las muertes de inmigrantes ocurridas  en el tránsito de África a Europa. Ahí está la respuesta al porqué del inmigrante desangrado junto a la alambrada.
El caos producido por las multinacionales está llevando a  África hacia el genocidio. Hubo ocasión de considerarlo en la reciente Asamblea General de las Naciones Unidas. Gobernantes como G. Bush, con carrera  política pagada por multinacionales que operan en África, hicieron fracasar todo intento de afrontar con radicalidad  el creciente problema de la pobreza.
Ahí tenemos a los mayores responsables y culpables. Solo falta sacar su nombre. Lo tienen.
 
 
Revista Mugak
 
Las imágenes eran demasiado fuertes para nuestros estómagos. Esas personas apaleadas, con fracturas en manos y pies, con el rostro desfigurado o hendiduras en el cráneo por la acción de las pelotas de goma, que mostraban sus cuerpos con horrorosas rasgaduras producto de las mortíferas cuchillas que coronan las vallas… nos interpelaban directamente como responsables que somos de semejante carnicería. Las imágenes eran demasiado fuertes para nuestra auto presentación como campeones en la defensa de los Derechos Humanos, Alianza de Civilizaciones incluida. Y todo ello realizado sobre gentes que no respondían con violencia a esas agresiones, que sólo querían saltar una valla para encontrar trabajo o dejar atrás una tierra asolada por el hambre y las guerras.
Así que el gobierno español, jaleado en esa dirección por partidos y medios de comunicación, ha encontrado la solución: pagar al verdugo para que se encargue de ese mismo trabajo. Porque ése es el papel de Marruecos en esta historia. Su desprecio a los derechos humanos, su falta de garantías jurídicas, el racismo con que tratan a las gentes subsaharianas (“los negros””), la triste fama que tienen sus cuerpos de seguridad… todo ello es ampliamente conocido por estar presente en cualquier crónica periodística, por no hablar de las denuncias sistemáticas por parte de los organismos defensores de los derechos humanos o las Ongs, que en los últimos meses han documentado, por ejemplo, la expulsión de solicitantes de asilo, en teoría bajo la protección de la ONU. Ha presionado a Marruecos para que se ponga manos a la obra, a cambio de redondas sumas de euros provenientes de las arcas españolas y europeas. Y Marruecos se ha puesto a la faena.
Una fusilada en la valla de Ceuta segaba la vida de cinco personas y dejaba malheridas a varias decenas. A continuación, diversas redadas realizadas incluso en las ciudades de Rabat y Casablanca, acababan con la expulsión, “manu militari”, de varios cientos de inmigrantes. La novedad, en esta ocasión, era que además del destino habitual de Oujda, en la frontera con Argelia otros muchos autobuses se dirigieron a la frontera con Mauritania, en pleno desierto, donde al ser abandonados han empezado a producirse las muertes, al parecer, varias decenas hasta el momento. El desplazamiento de varios miles de militares del ejército marroquí a las fronteras de Ceuta y Melilla también se hacía notar: seis inmigrantes morían a balazos en Melilla y otros 14 resultaban heridos.
Y el gobierno español, comenzaba a expulsar inmigrantes, entregándolos a esos mismos cuerpos de “seguridad”, al conseguir activar el acuerdo preexistente con el gobierno marroquí. Es evidente que las consecuencias para esos cientos de personas van a ser, están siendo, más trágicas todavía que esas imágenes que tan difícil se nos hacía digerir. Pero bueno, ahora son otros los que se encargan de la carnicería. Ya podemos dormir tranquilos.
 
 
Nuria Sepúlveda, Apdha Cádiz
 
Durante el fin de semana del 29 de septiembre al 2 de octubre, se han celebrado en Larache las Jornadas  organizadas por Chabaka (red de las asociaciones del Norte de Marruecos para el desarrollo y la solidaridad) y la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía sobre “Migración y Derechos Humanos”. Esto es una breve crónica de los tres días que hemos pasado en compañía de los/as compañeros/as del otro lado del estrecho, un breve apunte en el que he tratado de reflejar más ideas, sentimientos e  impresiones, tan subjetivas como creo que compartidas por algunos/as de los que hemos participado en este encuentro.
Llegábamos todos y todas con el lastre de los tristes acontecimientos que tuvieron lugar esa misma semana en Ceuta, acontecimientos que han servido como triste y permanente evidencia de lo que los gobiernos, tanto de la UE como de Marruecos, están dispuestos en torno al tema de la inmigración. Nada más desembarcar en Tánger, el puerto de la hermosa ciudad nos mostraba a las pandillas de chiquillos que mirando debajo de los camiones esperaban encontrar entre sus ejes una forma de entrar en los barcos.  Eran cerca de las siete cuando llegamos a Larache, y allí otra imagen nos esperaba y consolaba: muchos de nuestros/as compañeros/as de la AMDH, de Pateras para la vida, de Licenciados en paro nos aguardaban en el lugar del encuentro. Los saludos, las bienvenidas se multiplicaban, la alegría de ver de nuevo a algunos/as, las presentaciones de otros/as, los comentarios y los besos. El magnífico recibimiento nos hizo entender el verdadero sentido de nuestro esfuerzo por llegar, nos sentimos inmediatamente acogidos/as, esperanzados/as y con ganas de empezar a dialogar y a plantear alternativas diferentes, a creer de nuevo que otro mundo era posible, y que las sociedades, afortunadamente, nada tienen que ver con sus gobiernos ni con los poderes económicos que los controlan.
Ya todo estaba preparado para empezar. Las jornadas tenían lugar en un amplio salón frente al mar, que nos dijeron servía para celebrar bodas. Ese salón servía tanto para las mesas redondas y talleres como las comidas, las canciones, los bailes y los encuentros que de todo hubo. Había algo también que facilitó las cosas muchísimo: la traducción simultánea. En anteriores encuentros no habíamos contado con ella y me parece que ha sido todo un avance al no tener que esperar a la traducción cada vez que alguno/a hablaba. Como digo, todo estaba dispuesto para que a las siete y media tuviera lugar la mesa redonda inaugural en la que  representantes de asociaciones de ambos lados del estrecho debatieran sobre el derecho a la inmigración en el contexto del Mediterráneo. En ella se debatieron no sólo las causas sino, sobre todo, las erróneas alternativas que hasta ahora se está dando a este conflicto, en donde no hay un planteamiento humano, ni social sino represivo. La política de cambio que debería estar basada en la igualdad, la cooperación, la participación y el respeto mutuo, se basa en cambio en la represión y en la impermeabilización.
Esa noche, cansados/as como andábamos del viaje, nos fuimos pronto a dormir. Mañana sería una jornada maratoniana.
El sábado por la mañana hubo tres intervenciones: en la primera se habló sobre las leyes de inmigración de Marruecos y el nuevo papel de gendarme de África que le ha asignado la Unión Europea que por supuesto no está dispuesta a asumir la sociedad civil. La segunda trató de las causas, consecuencias y horizontes de la inmigración. También se habló de las políticas de la inmigración de la UE que se han centrado en el rechazo del asilo, la lucha contra la inmigración clandestina que promueve una política de expulsiones conjunta y sobre todo la política de cierre de fronteras con el servicio integrado de vigilancia exterior lo que provoca numerosos muertos. Todas estas medidas se han tomado al margen de la sociedad civil (no ha habido debate parlamentario) y tienen causas económicas (el papel que Europa ha tomado en la inmigración) e ideológicas (Europa se enroca en sus miedos). La tercera intervención ahondó sobre las políticas que la UE ha tomado sobre inmigración desde su creación hasta la actualidad: los diferentes tratados y acuerdos en los que se vislumbra la marcada tendencia de la UE por externalizar los problemas de inmigración haciendo que terceros países como Marruecos hagan el trabajo sucio a cambio de ayuda al desarrollo.
Al final de la mañana, un grupo de mujeres que reivindicaban una tierra comunal en su pueblote Beggara expuso ante el pleno cómo habían sido encarceladas por la policía marroquí durante un mes y humilladas por la única razón de defender lo que era suyo. Era claramente un acto de denuncia. Aquellas mujeres que abarrotaron de pronto la mesa larga de los ponentes no podían aguantar el llanto relatando las humillaciones a las que habían sido sometidas. En sus ojos se leía la incomprensión y la impotencia ante unas formas de proceder absolutamente injustas e injustificadas. No sé porqué pude ver en sus ojos la misma sensación de impotencia de los ojos de las personas que intentando simplemente buscarse la vida son recibidos a tiros desde el otro lado. ¿Dónde está la culpa, dónde la explicación?. Una de las mujeres había subido a la mesa con un niño entre los brazos. Durante la charla le dio de mamar. Me sentí enormemente enternecida por la imagen, no sé por qué me hizo pensar en la esperanza y en la valentía que significaban esas mujeres allí. Una de ellas venía en representación de su hija que no había podido asistir ya que estaba embarazada y tenía que guardar reposo tras la experiencia tan traumática que había tenido que vivir. También esa madre me produjo la misma ternura y la misma indignación ante su indefensión y su desafío a la vida. Lo único que querían era lo que era suyo, una oportunidad para sobrevivir: lo mismo que los que emigran.
Por la tarde y después de la comida se desarrollaron talleres simultáneos en torno a tres temas:
- La infancia en Marruecos y los menores inmigrantes.
- La familia, la situación de la mujer y la inmigración. Mujeres marroquíes en España.
- La situación de los subsaharianos en Marruecos y propuestas de trabajo.
Después de terminados los talleres tuvo lugar uno de los actos más emotivos de todas las jornadas. En torno a la Plaza de España de Larache y portando pancartas en árabe y en español todos y todas las participantes de las jornadas nos unimos en una concentración de protesta en contra de las políticas de inmigración. “Las fronteras cerradas matan” era uno de los lemas coreados que entre otros muchos llenaron esa noche la plaza. En varios idiomas (el árabe, el español, el francés) todos y todas decíamos lo mismo, mezclados exigíamos lo mismo. El acto desarrollado fue de una gran calidez. Alguna de la gente de Larache, que al principio nos miraba curiosa, se unió a nosotros/as cuando dimos una vuelta a la plaza. Quizá fue este el acto en el que me sentí más cerca de la gente que nos había recibido en la otra orilla. Era consciente que esta vez, como casi siempre, habíamos cogido la misma patera, la misma escalera para saltar la frontera, para llegar a encontrarnos. Aunque no hubiera habido nada más que esa noche, nada más que ese acto las jornadas hubieran tenido sentido, todo el sentido que les puede dar la gente que ve las cosas de otra manera a como quieren hacérnoslas ver.
Después de la cena, nos reunimos de nuevo en la sala, se quitaron las mesas donde antes habíamos estado comiendo y otra sorpresa nos esperaba: músicos de Larache, un grupo de niños cantando juntos y canciones comunes como La tarara hicieron que nos moviéramos todos de nuevo al mismo ritmo: el del baile. Tras el acto de la tarde, el día no podía haber tenido mejor final. Algunos de los niños que cantaron para nosotros eran hijos de las mujeres que esa misma mañana nos habían contado su problema con la tierra.
El domingo por al mañana después de que todos y todas hubiéramos dado un breve paseo por Larache se inició el Plenario de conclusiones. En él se debatió una propuesta de resolución sobre la que no me voy a extender porque todos y todas la podéis leer ya.
Fue un debate interesante en el que salieron muchas de las ideas que se habían discutido en las jornadas. En un ambiente relajado se discutieron los nuevos pasos a seguir. Lo más importante es que íbamos a seguir dando pasos juntos demostrando que las cosas se pueden hacer de otra manera.
Las jornadas llegaban a su fin. Esperando los autocares, nos fuimos despidiendo de los que se quedaban Todo eran agradecimientos y deseos de buen viaje. Tras una espera más que larga en el puerto de Tánger en la que volvimos a comprobar que las fronteras,  los puestos de control, los documentos de salida y las esperas seguían existiendo, salimos al estrecho. A nuestra llegada España me sorprendí pensando en la Plaza de España de Larache, donde al final de la manifestación un chaval apenas adolescente que había estado caminando a mi lado sosteniendo la pancarta, cuando nos despedíamos me dijo: gracias. Lo único que pude responder y así lo hice fue: A ti.
 
 
 
Asociación Pro Derechos Humanos de España
 
Ante la Sentencia del Tribunal Constitucional en la que admite la competencia d ela Audiencia Nacional para juzgar los casos de genocidio en Guatemala, la Asociación Pro Derechos Humanos de España, ha emitido el siguiente comunicado:
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La Asociación Pro Derechos Humanos de España – APDHE, que ha formado parte de la acusación en el procedimiento seguido ante la Audiencia Nacional de España por delitos de genocidio, torturas, terrorismo, asesinato y detención ilegal, perpetrados en Guatemala entre los años 1978 y 1986, respecto de la sentencia de 26 de septiembre de 2005 del Tribunal Constitucional Español, comunicada ayer a las partes, manifiesta lo siguiente:
1. Su plena satisfacción y conformidad con la referida sentencia que anula la del Tribunal Supremo y  la de la Audiencia Nacional que habían sido objeto de recurso, y ampara a las víctimas de los graves genocidios y otros crímenes contra la humanidad cometidos en Guatemala.
2. Destaca la instauración, de acuerdo con el Derecho consuetudinario internacional, de un principio de Justicia Universal absoluto, sin otro “vinculo de conexión” que el de la naturaleza de los crímenes (los que ofenden a toda la Comunidad Internacional) como el genocidio.  En consecuencia, no es necesario para la aplicación del principio de Jurisdicción Universal ni que el presunto autor del delito se halle en territorio español, ni que las víctimas sean de nacionalidad española, o cualquier otro punto de conexión directo con intereses nacionales.
3. Resalta el acogimiento del principio de concurrencia de jurisdicciones en detrimento del principio de subsidiariedad.
4. Subraya que la persecución y sanción de estos crímenes constituyen un compromiso y un interés compartido de todos los Estados.
5. Y asume la definición de la jurisdicción universal como la competencia de un Estado para perseguir y, en caso de ser declarados culpables, castigar presuntos delincuentes, independientemente del lugar de comisión del delito y sin consideración de vínculo alguno de nacionalidad activa o pasiva u otros criterios de jurisdicción reconocidos por la Ley Internacional.
Madrid, 6 de octubre de 2005
 
 
 
 
 
CÁDIZ: Martes 11 de octubre, 19:00 horas
Concentración Plaza San Juan de Dios.
Convoca: APDHA y todo colectivo que quiera unirse.

CAMPO DE GIBRALTAR: Martes 11 de octubre, 19:00 horas
Concentración: Plaza Alta. Manifestación hacia el Consulado Marroquí. Convoca APDHA y Algeciras Acoge.

ALMERÍA: Jueves 13, 20:30
Concentración en la PLaza del Educador, frente a Correos.
Convocan APDHA, Almería Acoge y colectivos sociales
 


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